Monitoreo Ambulatorio de Presión Arterial

Durante las horas del día, el equipo se suele programar para medir la presión arterial cada 20 minutos. En la noche, sobre todo en las horas de sueño, el brazalete se inflará una o dos veces por hora, aunque esta característica puede modificarse según las necesidades (Shulman et al. 2018). Teniendo la cautela suficiente, el paciente puede ducharse y cambiarse de ropa. Asimismo, cualquier tratamiento que la persona esté recibiendo, debe continuarse mientras dure el estudio.

Indicaciones para un M.A.P.A.

Como ya pueden haber deducido, la realización de un MAPA se indica cuando hay evidencias o sospechas clínicas de hipertensión. La idea es tratar de entender cuál tipo de hipertensión sufre el paciente, calcular su riesgo cardiovascular y determinar así el mejor tratamiento disponible para su cuadro. Entre las indicaciones más comunes para un MAPA, tenemos (O'Brien 2003):

• Hipertensión de “bata blanca”. Esta se caracteriza por la elevación de las cifras tensionales únicamente cuando se acude a una consulta médica.
• Diagnóstico definitivo de hipertensión límite o borderline.
• Hipertensión en el adulto mayor.
• Identificación de hipertensión nocturna.
• Estudio de pacientes hipertensos resistentes al tratamiento.
• Guía para determinar el tratamiento farmacológico ideal.
• Diagnóstico de hipertensión en el embarazo.
• Diagnóstico de hipotensión.

Existen algunas otras variables, pero la lista anterior resume las entidades médicas que conmás frecuencia requerirían un MAPA para su estudio.

Limitaciones y contraindicaciones del M.A.P.A.

Aunque no cabe duda de que el MAPA ha aportado mucha información valiosa, tanto clínica como epidemiológica, sobre la hipertensión arterial, los datos acerca de los tratamientos ideales no son muy robustos al compararlos con los obtenidos en estudios donde la presión arterial se mide en un consultorio médico sin aparatos modernos. De hecho, algunos estudios demostraron que el MAPA no se distinguió mucho de la medición manual en casa en cuanto al efecto de los medicamentos que se indicaban gracias a la información dada por una u otra técnica, pero la primera sí resultaba mucha más costosa (Pena-Hernandez et al. 2020). En este sentido, la Agencia de Investigación y Calidad Sanitaria (AHRQ por sus siglas en inglés), determinó que cualquier estudio que desee comparar de forma definitiva la medición manual de la presión arterial contra el MAPA necesitará una muestra de entre 28.000 y 57.000 pacientes, número muy difícil de alcanzar en cualquier ensayo clínico (Uhlig et al. 2013).

Si bien el MAPA es un procedimiento seguro, sí existen algunas contraindicaciones que son aceptadas universalmente, tales como desordenes importantes de la coagulación, arritmias cardíacas severas, alergia al látex y presencia de fistulas arteriovenosas en el brazo, como las utilizadas en las hemodiálisis (Flynn et al. 2014). Aunque alguna vez existió cierta controversia sobre la realización del MAPA en pacientes ancianos con fibrilación auricular debido a unas guías publicadas en el 2008 por la Sociedad Italiana de Hipertensión, en las cuales prohibían terminantemente este estudio en dichos pacientes (Omboni and Palatini), la evidencia actual no apoya esta idea y a la fecha esta condición no se considera una contraindicación real para llevar a cabo un MAPA.