Información y precios
En líneas generales, este diagnóstico le permite al médico analizar los impulsos eléctricos o señales eléctricas del corazón a través de unos electrodos, teniendo la posibilidad de recopilar datos sobre el ritmo cardíaco y cualquier otra de sus derivaciones.
Un electrocardiograma (ECG) es una de las pruebas más solicitadas por los cardiólogos para detectar problemas en el funcionamiento del corazón, ya que este no le causa ningún tipo de dolor al paciente, sus resultados son muy precisos y pueden verificarse rápidamente.
En líneas generales, este diagnóstico le permite al médico analizar los impulsos eléctricos o señales eléctricas del corazón a través de unos electrodos, teniendo la posibilidad de recopilar datos sobre el ritmo cardíaco y cualquier otra de sus derivaciones.
Fisiología detrás del electrocardiograma
El corazón, órgano fundamental del sistema circulatorio, es una bomba muscular mecánica cuya actividad está comandada por un sistema de conducción eléctrico. Un grupo de cables orgánicos microscópicos recorre el corazón en toda su extensión, transmitiendo el impulso eléctrico generado en una pequeña estructura conocida como nodo sinusal o sinoauricular, también conocida como marcapasos natural, que se encuentra ubicada en la pared de la aurícula derecha. Estos impulsos eléctricos hacen que las fibras musculares del corazón se contraigan y relajen periódica y regularmente, lo que se traduce en el latido cardíaco (Sattar and Chhabra 2020).
La contracción del corazón, en personas saludables, es un mecanismo por etapas bien sincronizado que se da al mismo tiempo en las dos mitades del corazón, derecha e izquierda. Este proceso está mediado por eventos eléctricos y químicos que se suceden rápidamente y pueden ser registrados tanto por el sonido (fonocardiograma), lo que escuchamos con el estetoscopio, como por el la electricidad que genera, la cual es la base del electrocardiograma. Cada fase de este ciclo cardíaco puede ser asentada en papel a través de los equipos de ECG.